Homenaje a la veterana de guerra Stella Maris Botta, enfermera de la ESFA

Por Lic. Christian Quinteros (Prensa ESFA)

En un solemne acto llevado a cabo el pasado 11 de mayo en el recinto del Concejo Deliberante de la ciudad Córdoba, la enfermera Stella Maris Botta, integrante del escuadrón sanidad de este instituto, fue homenajeada junto a otras cinco enfermeras cordobesas de la Fuerza Aérea Argentina, oportunidad en la que se dio lectura  y se firmó la Declaración de Beneplácito como “Veteranas de la Guerra de Malvinas, miembros del cuerpo profesional de enfermeras de la Fuerza Aérea Argentina”.

Este proyecto estuvo a cargo de la concejala Miriam Acosta, con el cual se distingue a este grupo de ciudadanas cordobesas que se destacaron en el conflicto bélico de 1982.

Es importante mencionar que este año el mismo grupo de mujeres fue reconocido por la Legislatura de la provincia de Córdoba con la declaración también de beneplácito, de acuerdo al proyecto de ley que lleva adelante la legisladora Miriam Cuenca para lograr el reconocimiento provincial y nacional la tarea y desempeño que llevaron adelante estas profesionales.

La nómina completa de las cordobesas de la Fuerza Aérea está integrada por: Vicecomodoro “VGM” Mónica Rosa, Suboficial Mayor “VGM” (R) Mirta Rodríguez, Suboficial Mayor “VGM” (R) Sonia Escudero, Suboficial Auxiliar “VGM” (R) Stella Maris Botta, las civiles “VGM” Stela Morales y “VGM” Ester Moreno.

Servicio, vocación y amor por la Fuerza Aérea

Stella Maris Botta nació en la ciudad cordobesa de Villa María. Allí estudió y se formó como enfermera profesional en el Instituto del Rosario Profesorado “Gabriela Mistral”.

Con gran vocación y amor por la Fuerza Aérea Argentina, a principios de 1981 ingresa al Instituto de Formación Ezeiza, donde egresa como Cabo Principal “en comisión”, grado con el que pasa a desempeñarse en el escuadrón sanidad del Área Material Córdoba, su primer destino.

En 1982 el jefe de aquel escuadrón convoca al grupo de siete enfermeras que tenía a su cargo, para comentarles sobre la situación que por entonces se vivía en torno al conflicto con Gran Bretaña por las islas Malvinas e islas del Atlántico Sur. “Necesitamos gente para ir al sur. ¿Alguna de ustedes se ofrece voluntariamente, o debo decidir y designar yo a alguien?”; recuerda Stella que fueron esas las palabras de su jefe que la llevaron a tomar la decisión, con total convicción, de ofrecerse a integrar el hospital reubicable en la ciudad de Comodoro Rivadavia.

“A los pocos días ya estábamos en el sur. El avión que nos llevó aterrizó en la pista de la IX Brigada Aérea un mediodía, donde nos esperaba una ambulancia para trasladar a cada una al nuevo destino donde cumpliríamos nuestra tarea”, cuenta Botta.

Durante todo el conflicto bélico Stella Maris Botta se desempeñó en el hangar trabajando en la recepción primaria de los evacuados de Fuerza Aérea, Ejército y Armada. Allí su función fue la atención directa de pacientes, a quienes no solo debió curar sino también brindarles apoyo emocional. “Debíamos curar las heridas del cuerpo y las heridas del alma”, recuerda emocionada.

En total fueron 35 días que Stella, junto a sus compañeras, estuvieron en el hospital reubicable. “El 14 de junio de 1982 nos avisan que el conflicto había terminado, salimos del hospital al atardecer, y por primera vez luego de mucho tiempo vimos a toda la ciudad de Comodoro Rivadavia iluminada. Eso fue muy emocionante”.

Entre las experiencias más importantes que vivió en pleno conflicto, se emociona al recordar el piloto inglés con fractura de clavícula que fue rescatado y llevado al continente para su atención. “Estuvo con nosotros en el hospital dos semanas. No lo tratábamos como un enemigo. Para nosotros era un paciente más”.

Luego del conflicto Stella Maris regresa al escuadrón sanidad del Área Material Córdoba. Posteriormente se desempeñó en la brigada aérea de Tandil, en los hospitales Del Valle y Aeronáutico de Córdoba. En 1992, con el grado de suboficial auxiliar, solicitó la baja como personal militar subalterno. En 1998 ingresó como personal civil a la Escuela de Suboficiales, trabajando en el escuadrón sanidad, donde se desempeña actualmente.

Entre el 25 de junio de 2012 y el 8 de enero de 2013 integró el grupo de tareas del hospital reubicable en Haití. “Cuando llegué a Haití y me encontré con toda esa estructura, la emoción fue tan grande que levanté la viste y dije: de nuevo estoy en mi querido hospital”.

Stella Maris Botta se casó con el Suboficial Mayor (R) Julio Ramallo, con quien tuvo tres hijos: Jonatan (Teniente Primero del Ejército Argentino), Anabella (contadora pública) y Yesica (próxima a graduarse de diseñadora gráfica).

Recibió, entre otras distinciones, reconocimiento de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación y los concejos deliberantes de la ciudades de Rosario y de Villa María.

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